jueves, 29 de noviembre de 2012

gritos

Dando gritos en una de cine mudo,
saboreando el humo, la lluvia,
mientras dejo el teléfono sonar.
Soñar una de soñadores, la vida pura,
esa noche íbamos a cenar.
Hablamos de la inspiración, 
Bertolucci, Sartre, del paro,
de la armonía cósmica y sideral,
del racismo, de dios, de dioses,
de despedidas y de lo ilógico e irreal.
A la luz de las velas la magia arde 
quemando silencios inmunes al miedo,
envueltos en esto pintamos la libertad.
Descubrimos un puritanismo inocente, 
sonámbulos, desnudando la oscuridad
Quizá fuese Mayo y amanecía sin luces en la ciudad,
Godard compraba el pan,
mientras Chaplin rodaba una escena más
y el teléfono volvía a sonar.
El sadismo se pagaba con prendas
Dejaron la habitación vacía para beber vino
y aclarar cuentas, hicimos el amor sin perdón.
El rosa afrancesado arañaba la atmósfera,
sin modales, en el suelo, sin tomar nota,
“que una reproducción inspire a la otra”

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