lunes, 1 de agosto de 2011

Azul.

Se le remueve la conciencia con facilidad. Hablamos varias veces a la hora del almuerzo, en las prácticas sabe hacer de todo, y si la caga, lo soluciona rápidamente, sin que nadie se de cuenta. Va siempre en su nube, me gusta como es, le llamo Luna, aun que no lo sabe, o espero que al menos no lo sepa. Me sorprende su manera de vestir, no tiene un estilo definido, siempre dice, que va con lo primero que le aconseja el armario, siempre lleva algo azul, se nota que es su color, aun que tiene dos dominantes más el gris y el blanco. Es pura, inocente, tímida, muy optimista, le da la vuelta a la tortilla muchas veces al día, solo para demostrar que las cosas tienen mas de una solución, tiene una imaginación que supera los limites de la gravedad, va siempre con un bloc de dibujo, se expresa a travez de el, pero no deja que nadie los vea. Es fiel así misma, un poco despistada y tranquilona, va a su paso, le gusta hacer las cosas bien, sin pausa, pero sin prisa. Sé que a veces, tiene la sensación de que nadie le entiende, la verdad tiene un gran fallo en su personalidad, y es que le cuesta abrirse al mundo. Cuando hablo con ella, se limita a decirme las palabras justas y necesarias, tal vez si yo le contase algo mas profundo, cambiaría. Es inteligente y sabia a su manera, cuando tiene una duda o le pasa algo, se le nota al vuelo, y si le preguntas tarda su tiempo en reaccionar, o me dice lo típico de tranquilo no es nada, y al rato me lo suelta al aire, como una gran ráfaga que me deja atontado, y hace perder mis palabras, desde que entró en la empresa, no dejo de observarle. Me tiene loco, y no se por qué, su manera de ver la vida, sus formas, sus defectos, hasta su acento, me gusta todo de ella. El problema, ella no lo ve. Me gustaría decirle a señorita luna, que todo lo que tiene, podría darselo yo, pero se ciega a si misma, con hombres que le tratan mal.

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